miércoles, 17 de febrero de 2010

Soledad

La señora hacía tiempo que no disfrutaba de la soledad. Tantos años rodeada de gente amada había llegado a hartarla, empachada de amor, de cariño y atenciones. Decidió irse lejos una mañana de octubre, dejando atrás familiares, amigos y a su querido avestruz rosa, que hacía las funciones de animal de compañía y secretario personal.
Echaría de menos muchas cosas, sí, como las legumbres y la verdura, las sillas de cáñamo y los lingotes de chocolate, pero nunca agradecería suficiente el silencio y la tranquilidad de la que por fin gozaba.

Cuando muera, dijo, volveré.

2 comentarios:

Sergio dijo...

Nunca de olvides asignar categorías y etiquetas en tus posts Raulín, sino quieres que se pierdan en el olvido!

superCamara_ dijo...

es la soledad del post... jajajaja! nunca me acuerdo

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